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Aparte de los problemas de salud, la pandemia del Covid-19 ocasionó una serie de trastornos en empresas, centros de estudio y también en las publicaciones culturales, de las que la revista Quinchamalí no pudo sustraerse. Es así como se atrasaron las investigaciones que dan vida a esta prestigiosa publicación que es parte importante del área cultural de la Universidad del Bío Bío, sede Chillán.
Es así como en estos días he recibido un vistoso ejemplar del N° 25, dedicado exclusivamente al Norte Grande, ese pedazo de patria que nos habla de la minería, del salitre, de las festividades del carnaval, de ese desierto soleado que ha sido escenario de tantos hitos de nuestra historia, la misma que numerosos escritores han dejado plasmada en ese firmamento cultural que no ha reconocido clases sociales para brillar con luces propias.
Es así como por sus coloridas páginas van desfilando los llamados “Grandes del Norte”, encabezados por Gabriela Mistral, Andrés Sabella, Sergio González y haciendo un guiño a esa tierra bravía el serenense Premio Nacional de Historia don Jorge Pinto Rodríguez, quien de niño conoció apartados lugares de la zona norte, pero que desde hace muchos años ha estado formando historiadores en la Universidad de la Frontera -UFRO- de Temuco.
Mención aparte la del talquino avecindado en la pampa salitrera Hernán Rivera Letelier, Premio Nacional de Literatura 2022, quien ha reabierto la literatura pampina que en otros años impulsaron Marcial Figueroa y varios otros escritores que daban a conocer la esforzada vida del pampino en esas, para nosotros, lejanas tierras de nuestro país.
Finalmente, felicitaciones al director de Quinchamalí, el Dr. Alejandro Witker, quien se preocupa de hacernos llegar esta destacada revista nacional.
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