VICTORIA Y SUS 142 AÑOS – 1881 -2023 –

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En conmemoración de los triunfos que nuestras armas han tenido sobre sus enemigos, este fuerte se denominará “VICTORIA”
“De orden del General”

(Parte de la Orden del Día, dictada por el teniente coronel Manuel Modesto Ruminot el 27 de marzo de 1881, día previo a la instalación del fuerte a orillas del Traiguén).

Fue así como el día 28 de marzo el comandante Bernardo Muñoz Vargas, con 100 hombres del Escuadrón de Carabineros Angol y las fuerzas militares constituidas por 600 lleulles del Escuadrón Movilizado Angol, a cargo del comandante de Guardias Cívicas Alejandro Larenas, se encontraron frente al sector sur del río Traiguén, donde una formación rocosa daba un excelente reparo para enclavar las bases del fortín que debería ser la base de la futura ciudad.  

VictoriaPlano scaled

 El bosque que circundaba el enclave, serviría para levantar los cercos protectores para las diversas construcciones del fuerte, requerimiento básico para evitar sorpresas propiciadas por las fuerzas mapuches que constantemente trataban de impedir la formación de fuertes y pueblos en la región.

La vida en el fortín y sus alrededores fue bastante difícil, por la falta muchas de las cosas que en una ciudad del norte eran habituales, acá fue necesario hacerlo todo, no obstante, hubo interesados en ocupar los primeros sitios que darían vida al poblado civil del naciente enclave.

       Con fecha 16 de octubre de 1881, el comandante Muñoz Vargas enviaba un oficio a la Intendencia de Angol en los siguientes términos:

“Adjunto a la presente tengo el honor de remitir a V.S., veinte i dos solicitudes, por las que piden igual número de sitios; para que si S.S. lo tiene a vien  se cirva darles el curzo respectivo. Dios guarde a V.S. (Fdo.) Bernardo Muñoz Vargas”.

Unos días más tarde se reiteraba la misma petición, pero esta vez para 36 nuevos solicitantes que deseaban ser parte de la población que ya comenzaba a hacerse sentir al lado del fuerte.

Aunque los oficios no lo dicen, estos peticionarios en su mayoría eran soldados de los batallones que estaban siendo disueltos por reducción de personal del Ejército luego de haber regresado del Perú y también de batallones de La Frontera. Ellos serían la base de la futura ciudad que ya comenzaba a perfilarse inmediata al fortín que servía de protección al núcleo de pioneros que iniciaba así una nueva vida.  

COLONOS

Promovida por el Estado de Chile, se inicia la colonización de estas tierras y ya en septiembre de 1883 Victoria recibe 55 familias de colonos españoles, cantidad acrecentada más tarde el 27 de diciembre de ese mismo año con la llegada de los primeros colonos suizos en una cantidad superior a mil personas. Luego lo harán escoceses, ingleses, alemanes y de otras nacionalidades, dando al poblado un auge comercial reflejado en hoteles, (hospedajes), molinos, ferreterías y una gama diversa de comercio que entregaba los materiales de primera necesidad para el cultivo de estas tierras, en gran parte bosques naturales que hubo que rozar o cortar para despejar el área de siembras.

A cuatro años de su fundación la ciudad florecía por el sector cercano al fuerte y diseminada hacia la calle Chorrillos, donde aparcaban las carretas que iban y venían desde Lonquimay, desde donde se concretaban también los viajes a Zapala y otros pueblos cercanos, donde se llevaba el comercio de la harina y otros productos nacionales, regresando con manufacturas y muchas veces con arreos de ganado (con los que se abastecía la feria local), luego de su paso por la aduana, en ese tiempo en Lonquimay.

EL FERROCARRIL

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En 1890 la inauguración del Viaducto del Malleco permite el paso del ferrocarril hasta Victoria donde llega por primera vez el 18 octubre de ese año.

El 26 de octubre el Presidente José Manuel Balmaceda inaugura el Viaducto en Collipulli, llegando hasta Victoria en tren, donde sus ciudadanos pueden por primera vez tener la presencia de un mandatario en su pueblo.

El Presidente bajó del tren con la ciudad completamente embanderada, siendo llevado hasta la plaza Pinto donde se dirige a los presentes y los saluda como habitantes del futuro Departamento de Mariluan, lo que provoca aplausos sostenidos para el gobernante, por ser esta una de las más sentidas aspiraciones de sus pobladores.

La unión vía ferrocarril desde Victoria al norte del país, fue un aliciente importante para el comercio y la industria locales, siendo el inicio de una actividad que daría trabajo y bienestar por más de noventa años a muchos victorienses.   

LA EDUCACIÓN

En esos años abre la primera escuela la profesora Mercedes Romero, con una matrícula de 85 alumnos y ya en 1905 se cuentan tres escuelas públicas y un liceo particular.

En 1906 Victoria es distinguida con la primera Escuela Normal de Preceptores de La Frontera, lo que producirá un valioso germen cultural que titulará profesores hasta el año 1928, en una primera etapa y posteriormente de 1945 hasta 1973.  

Entre las numerosas actividades del Centenario de la República en 1910, una de las principales fue la creación de la Biblioteca Popular, ente auxiliar de la cultura que daba sus primeros pasos de la mano de distinguidos vecinos de la ciudad.

En el acto realizado en la sala municipal, luego de un discurso del vecino Oscar Gutiérrez, quien destacó en sus palabras: ”Los bienes que instituciones de esta clase proporcionan a los pueblos” se procedió a levantar un acta, de cuyo contenido recogemos parte: 

En Victoria a diecisiete de septiembre, reunidos en la sala municipal los miembros de la comisión organizadora de la Biblioteca Popular, los de la Ilustre Municipalidad i miembros caracterizados del pueblo de Victoria, acordaron echar las bases de la mencionada Biblioteca ofreciéndole presentar su concurso más entusiasta para su futuro engrandecimiento. Temístocles Astete, Abel Sepúlveda (sigue una veintena de firmas).

En 1893 el Gobierno nombra como Gobernador al profesor Tomás Guevara Silva, quien sirve el cargo durante un año, pero con su trabajo y la investigación histórica que realiza, deja una profunda huella cultural representada en la edición de unos ocho libros que hablan de las tradiciones y cultura mapuches y el entonces llamado proceso de Pacificación de la Araucanía. 

 PRENSA E IMPRENTA

Aunque no existen datos exactos de la llegada de la primera imprenta a la ciudad y los trabajos que realizaban, podemos decir que el periódico “EL VICTORIA”, cuya primera edición comenzó a circular el 17 de enero de 1892, teniendo como editor a Pedro Segundo Cifuentes, es el primer difusor del periodismo local. A él siguieron El MARILUAN, LA ALIANZA CRISTIANA, EL MALLECO, EL QUILAPAN y otros en número superior a cuarenta, los que han circulado por las calles llevando oportunamente las noticias a la ciudadanía.

Mención aparte merece la Imprenta “El Comercio”, que en 1901 imprime lo que hemos denominado el primer libro impreso en Victoria, la obra del bibliófilo Víctor Manuel Chiappa, “NOMBRES ZOOLÓGICOS MAPUCHES”, un opúsculo que contó con la colaboración del lingüista alemán Rodolfo Lenz y el primer poeta mapuche Segundo Jara Calbún, todo esto investigado en el fundo Santa Rosa, vecino a la estación ferroviaria de Cullinco.

De la misma forma, don Ernesto Gutiérrez funda el diario “LAS NOTICIAS” el 19 de julio de 1910, teniendo como primer redactor a don Luis Letelier y como cronista a Alfredo Manríquez. El año 1945 cuando cerró el diario, el señor Gutiérrez recordaba como directores y redactores a Hernán Octavio Silva, Juan José Hidalgo (entre los años 20 y 30) Bernardo Bertrand, Maximiliano González, Aner Padilla, Moisés Garcia Pinto, Hinópida M. de García y el redactor deportivo Héctor Lagos (años 40 a 45). Personal de talleres: Corina Ríos (1928 a 1945), Olga Ríos (1935 a 1945) Carlos Spuler (1936 a 1945) y Nolfa Ríos (1940 a 1945).

Recordaba también a Roberto Spuler, brazo derecho en las labores periodísticas y a Mario Adriasola, quien llevaba dos años laborando en el diario. Esa era la primera etapa del impreso, cuya publicación se ha mantenido en el tiempo, llegando a ser en estos momentos el diario más antiguo de la región.

CELEBRACION DEL CENTENARIO

En páginas amarillentas por el paso del tiempo podemos rememorar la brillante celebración de las fiestas del Centenario de la República en septiembre de 1910, fiestas que se extendieron entre el 16 y el 21 de septiembre inclusive.

Un nutrido programa, previamente elaborado por una comisión permitió el desarrolló de los actos que se iniciaron con el embanderamiento general de la ciudad, el izamiento de una bandera de grandes dimensiones, un Te-Deum consistente en una misa de campaña en plena Plaza de Armas, desfile de las fuerzas ciudadanas encabezadas por el Orfeón de los Obreros y la Policía de Seguridad (ya que el Ejército no tenía cuartel en la ciudad), al que adhirieron las escuelas, huasos montados y unos trescientos jinetes mapuches montados también, los que con el aplauso de la muchedumbre desfilaron por la plaza y llegaron hasta el centro comercial de la época: la Plaza Pinto.

Destacó en esta celebración la presencia de banderas de todos los países representados por colonos de la región. En especial la bandera argentina flameaba en muchos lugares, especialmente en el Consulado Argentino, que se ubicaba frente a la plaza.

El consulado Argentino adhirió en forma excepcional a las fiestas encabezado por el Cónsul don Carlos Podlech, quien estuvo presente en todos los actos, el que incluso organizó un “Pik Nik” en el Club Hípico, con gran presencia de la ciudadanía.    

UN HÉROE DE SANGRA

Acompañado de una comisión compuesta de los señores Juan Pablo Barrueto y Manuel H. del Campo arribó por tren don José Dolores Ríos, uno de los pocos sobrevivientes de aquel memorable combate en que los chilenos dieran muestra, una vez más, de su espartano valor en los campos peruanos de Sangra.

Distinguidos y numerosos caballeros esperaron en la Estación, acompañados del Orfeón Obrero, al valiente veterano que descendió del tren a los acordes de una entusiasta y alegre diana. Su presencia junto a otros veteranos que habitaban en la ciudad, fue muy bien recibida en los distintos actos que se realizaron.   

BIÓGRAFO Y FUEGOS ARTIFICIALES

Desde el día 16 al 21 inclusive se llevaron a cabo en la plaza Balmaceda diversas entretenciones populares. En las noches el biógrafo y fuegos artificiales hacían las delicias de la multitud de personas que se convocaban en el paseo. Aunque las vistas exhibidas por el biógrafo dejaban mucho que desear, fueron del agrado del público que aplaudía cada película con todo entusiasmo. Los Fuegos artificiales resultaron bastante deficientes. Tal vez debido a la humedad de la atmósfera, prendiéndose a medias, perdiéndose casi por completo los efectos de sus luces.

Pero eso no fue motivo para que la juventud no demostrara su alegría con aplausos y vivas por estas presentaciones, que los acercaban un poco a las grandes ciudades, donde estos juegos y el cine ya comenzaban a ser cotidianos para la ciudadanía.

UN PARTIDO DE FOOTBALL PARA EL CENTENARIO DE CHILE:

Con motivo de estas fiestas, se programó un partido de fútbol para dar mayor realce a tan importante efemérides.

Se hizo una selección entre los clubes  de la Liga Sportiva “Mariluan”, que, según nos relata  el fallecido profesor Tomás Vinet, en su libro “Añoranzas del deporte victoriense” en esos años  estaba formada por los clubes Victoria FBC, Nacional Star FBC, Unión Pailahueque FBC, Unión Sportiva FBC de Curacautín, Chilecito de Selva Oscura y Escuela Normal.

De acuerdo a la publicación de los ágiles periodistas deportivos de “Las Noticias”, los cuadros formados para la ocasión fueron  el “1810 y el “1910”, siendo el partido disputado por los siguientes deportistas:

Team  “1810” : Goal keeper:  S. Godoi y R. Navarrete; Alfredo Becker, Halfs- backs -Carlos Mena, Pedro y Ramón Quezada Forwards-Humberto H. Melo (Capitán) Reinaldo Briones, Arturo Urzúa, Juan C. Chamorro y Marcial 2° Millas.

Team “1910”: Goal Keepper: V. Raffo; Backs R. Lemée y E. Fernández Half-Backs-F. Martínez, U. Morales y J. Castro. Forwards- M. Maturana, O. Von Heyman (capitán), F. Jañas, A. Mujica y J. Aedo.

Sirvió de referee don Ismael de la Barra.

Después de una interesante y real lucha obtuvo el triunfo el club “1910”, a quien se le adjudicó el premio de $ 40.

Lamentablemente la crónica no dejó estampado el score para la posteridad.

EN SELVA OSCURA

Según relataba el corresponsal: Con un éxito halagador se realizaron en este pueblo las fiestas del Centenario. El embanderamiento de la población fue completamente digno de admirar, pues hasta la más humilde habitación lucía el tricolor nacional.

La estación del ferrocarril fue arreglada con todo gusto. Desde el techo pendían guirnaldas para seguir rodeando los postes del edificio cubiertos de cintas tricolores.

El pabellón argentino, entrelazado en el chileno, flameaba en la parte alta de la estación, completando la magnificencia de los adornos.

El programa fue cumplido en todas sus partes, siendo el villatún de indígenas el número que descollara por sus interesantes detalles.

Así, la población de Victoria se divertía en estas celebraciones, dejando atrás el gran incendio de 1906, que devoró varias manzanas. Con los años son desterrados los viejos entablados de las calles y en 1935 se pavimentan Chorrillos y Pisagua; en 1940 se inaugura el Teatro Victoria y en 1947 se construye la moderna Estación de Ferrocarriles que aún está vigente.

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Así, el modesto poblado que se levantó a orillas del fortín militar, logra crear una identidad de la mano de sus habitantes, de sus obreros, de sus profesores, de sus profesionales, de sus ferroviarios, de los colonos y se enquista como una ciudad donde el comercio, la agricultura y la industria son el patrimonio que le ha permitido proyectarse con mayor empuje ya que cada día va conquistando nuevos logros en su desarrollo, situación que le imprime un sello de importancia en la región.

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Héctor Alarcón Carrasco

Escritor e investigador. Especialista en Historia Aeronáutica y Ferroviaria. Autor de diversos libros.

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