En mis manos un ejemplar del libro “Lastarria, biografía, rostros y sensibilidades”, del joven Joaquín Sáez Burgos, hijo de aquel pueblo que nos recuerda al gran ingeniero ferroviario Victorino Aurelio Lastarria Villarreal, que diseñó y trabajó en la construcción del Viaducto del Malleco, una de las dos obras ferroviarias de mayor importancia en la red sur, junto con el Túnel Las Raíces, que hoy sirve de pasaje para el camino internacional a la zona petrolífera de la Provincia de Neuquén, Argentina y cuyo diseño correspondió al ingeniero chileno Emiliano Jiménez.
Por las páginas iniciales de esta historia corre el nombre de otro ingeniero de la etapa pionera ferroviaria, don Luis Adán Molina Gómez, quien fuera el personaje que diera nombre a las estaciones ferroviarias de Lastarria y Gorbea. De una personalidad dinámica, expresiva y de claras virtudes académicas, historiador y colaborador de diarios y revistas de la época, tenía el logro de haber conquistado dos condecoraciones por su participación en la Guerra del Pacífico, donde luchó como Guardiamarina de nuestra Armada y de cuyas experiencias dejó varios libros vinculados con el tema.
Pero Sáez Burgos no se detiene ahí. Por sus páginas desfilan documentos, personajes, situaciones que van dando vida a un pueblo pequeño, que nació vinculado al ferrocarril y que no tiene aquel pasado de haber sido parte de los múltiples fuertes que poblaron la Frontera en los primeros años de la ocupación militar. Al contrario, la red ferroviaria tuvo que talar miles de árboles para dar paso a las vías, pues ese sector era un lugar cubierto de selva virgen, denso, impenetrable.
Así, el autor va dejando constancia de la parcelación de terrenos y la llegada de los primeros colonos, que poco a poco van dando vida a una población y a un área rural de características especiales, que con sus problemas y su afán de progreso van marcando presencia en el ámbito regional y nacional.
Con esta publicación Sáez Burgos ingresa a esa pléyade de historiadores regionales como Pino Zapata, Bustamante Molina, Cánovas Zurita, Grandón Castro, Schifferli Coloma, Díaz Morales, Abara Kessie, Contreras Asenjo, Subiabre Toro, Jiménez Belmar, Rozas Rivera, Martínez Vigueras, González Díaz, Valdés Ormeño, Olguín Truttrut, Toledo Bahamondes, Canales Hidalgo, Rodríguez Domínguez, Henriquez Moya, Venegas Aedo, López Cárdenas, Sandoval Reyes, Flores Cárdenas, Weise Abarzúa, Obreque Pacheco, Anabalón Anabalón, Mayorga Carmona, Sánchez Aguilera, Anríquez Ponce, Uribe Boisier y otros que en los últimos setenta años han hurgado en los archivos regionales y nacionales, buscando las raíces históricas de sus respectivos pueblos y ciudades de nuestra Araucanía, con el fin de darles una identidad, mediante publicaciones que en forma inmediata pasan a ser textos de consulta, por el interés que despierta el contenido de sus publicaciones.
El libro (20,5 x 15 cms), consta de 298 pgs., con ilustraciones en blanco y negro y a color, papel ahuesado y tiene la particularidad de que se acompaña de un anexo fotográfico en blanco y negro.
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