Arturo Fernández Vial, Guardiamarina de la «Esmeralda»

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“Contraalmirante y uno de los de los héroes del Combate Naval de Iquique, como Guardiamarina de entrepuente de la corbeta «Esmeralda» tuvo una actuación destacada en la jornada del 21 de mayo de 1879, lo que le valió una medalla especial concedida por el Soberano Congreso, y otra por la Municipalidad de Iquique. Además, es reconocido por su participación en la Guerra Civil de 1891, y su incansable labor en favor del mejoramiento de la Armada Nacional y de la sociedad chilena, a través de la creación y participación en instituciones de carácter benéfico.”

Almirante Arturo Fernandez Vial

Con esta alegoría la Armada de Chile, recuerda en su página oficial a uno de los sobrevivientes del homérico combate, quien posteriormente sería uno de los grandes personajes de nuestra Armada, por sus dotes de marino y su posterior desempeño en la vida civil.

Era hijo de José Fernández Labarca y Mercedes Vial Maturana, nació en Santiago, el 15 de marzo de 1858. Ingresó a la Escuela Militar en 1872, a la edad de 14 años, y no fue sino hasta abril de 1875 que se convirtió en Aspirante a la Escuela Naval. Fue nombrado Guardiamarina en julio de 1876.

El año 1914, con motivo de cumplirse un nuevo aniversario de la gesta gloriosa de Iquique, la revista Zig Zag, le hizo una entrevista con el fin de obtener  algunos recuerdos de su participación en este hecho histórico. Sus respuestas, si bien es cierto fueron sinceras, es posible que no fueran del gusto del entrevistador, pero reflejaban su  personalidad centrada y una singular modestia, respecto de su actuación ese día 21 de mayo.

“No creo, francamente, ser yo el llamado a opinar sobre un hecho en el cual fui actor. He rehusado siempre lanzar juicios al respecto, porque en el  combate de Iquique todos cumplimos con nuestro deber, y nada más…

“Además usted comprenderá que un hombre de criterio maduro no puede juzgar con el mismo espíritu hechos que presenció en su juventud. No se puede ser sincero en apreciaciones ulteriores, cuando mediaron en la formación del juicio inmediato , causas como la excitación guerrera del combate.”

Con el fin de satisfacer en parte las preguntas del periodista, el Almirante hizo traer a uno de sus hijos, un libro en el que se encontraba una carta que en su momento, estando prisionero en Iquique, le enviara a su padre relatando este hecho histórico:

“Señor José Carlos Fernández: Mi querido papá. El 21 del presente a las 8,40 principiamos a combatir con el “Huáscar”. La “Covadonga” que nos acompañaba hacía igual cosa con la “Independencia”. Después de cuatro horas de un sangriento combate en el que no faltó un solo episodio de las guerras marítimas, la “Esmeralda” se hundió en el abismo y de los 200 tripulantes salvamos 60.

“Entre los muertos está está nuestro valiente capitán Prat; murió al pie de la torre del “Huáscar” y fue el primero en el abordaje. El teniente Serrano murió en el segundo espolonazo, también sobre la cubierta del “Huáscar”.

“Ponga en conocimiento de la señora Bruna Venegas que su hijo Ernesto ha muerto como saben hacerlo los héroes. Hasta el momento soy prisionero en Iquique y ya nos alistamos para partir al norte. Ánimo y confianza.

“Adiós, hasta la vuelta. Un abrazo a todos. Su hijo Arturo”         

“Iquique, 23 de mayo de 1879”

Así, tal como el guardiamarina Fernández Vial relatara las noticias del combate a su padre, otros marinos, con mayor o menor extensión, hicieron algo similar, situación que mas tarde permitió saber antecedentes del combate en Chile.

Sin embargo, esa carta no relata su desempeño heroico durante la contienda, por lo que continuamos con lo que dice al respecto la página oficial de la Armada:  

“En 1879, a los veintiún años, tuvo la oportunidad de ser parte de la tripulación de la «Esmeralda» durante el Combate Naval de Iquique, como Oficial encargado de la santabárbara y entrepuentes. Al comienzo del combate, se dedica a su labor de apagar los incendios producidos por las balas de cañón que dan en la nave. Luego del primer espolonazo, y con el objetivo de asegurar el pabellón en su lugar, subió al palo de mesana y clavó la bandera en su lugar, tal como lo recordó el Almirante Enrique Spoerer (en el discurso fúnebre del Contraalmirante, en noviembre de 1931): «…Durante el combate se distinguió por su temeridad y arrojo. En el comienzo de esta gloriosa acción tuvo a su cargo las santabárbaras de la «Esmeralda». Muerto el Comandante Prat, y al ordenarse que nuestro pabellón, cumpliendo las tradiciones navales de Chile y las especiales instrucciones del Jefe inmortal, siguiera flameando hasta el final, el Guardiamarina Fernández Vial trepó decidido al mesana y clavó en persona la bandera, la misma que hoy es símbolo de irreductible decisión de vencer o morir con ella…».

“Se sabe que Arturo Fernández se quedó al pie de la bandera hasta el final, como contaron los testigos al corresponsal del Mercurio, Eloy Caviedez: «…severo, adusto, amenazante, resuelto, y Zegers por el otro, lloroso, suplicante, enternecido, pero ambos cuál más heroico y más firme, sosteniendo con sus juveniles manos las drizas de las dos banderas izadas en el pico de mesana para impedir que un accidente cualquiera las bajase en aquellos terribles instantes (…) se habría convertido en el alma del buque – una vez muerto A. Prat -, y que su serenidad, su valor a toda prueba, su heroísmo indudable fueron uno de los mayores estímulos que tuvo la tripulación para persistir en su sublime defensa …»

“Habiendo sobrevivido al ataque y al hundimiento de la nave, fue tomado prisionero, permaneciendo en Iquique y Tarma hasta el 31 de diciembre del mismo año, cuando fue canjeado por un prisionero de la cañonera «Pilcomayo», Fernández viajó de regreso a Valparaíso.

“La acción de Iquique le valió el ascenso a Teniente 1º, y continuó su participación en los bloqueos de los puertos peruanos durante 1880, mientras que en 1881 tomó parte de las batallas de Chorrillos y Miraflores. En 1883, es reconocido oficialmente por haber organizado por primera vez las compañías de desembarco en la Armada, y es ascendido al grado de Capitán de Corbeta en mayo de 1884.”

Esta es parte de la actuación de uno de los guardiamarinas que estuvieron presentes en ese día glorioso en la rada de Iquique y que por ser poco conocido hemos querido comentarlo para nuestros lectores.

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El Club Deportivo “Arturo Fernández Vial”

Para hablar de este antiguo club deportivo, es necesario conocer algunos detalles de los inicios del fútbol en Concepción. El 9 de septiembre de 1897, algunos aficionados ingleses y alemanes hicieron un partido demostrativo a las 14:30 horas en plena Alameda, ante un centenar depersonas; los ingleses usaron camisetas blancas y los alemanes una similar con una banda lacre.

Este primer partido fue ganado por los ingleses y el 26 de setiembre se hizo un segundo partido en las mismas condiciones, pero esta vez ganaron los alemanes. Finalmente el 10 de noviembre se concertó un partido formal en el Club Hípico, con todas las reglas, arbitros, guardalíneas, etc., con la novedad de que se hizo un combinado ingles alemán, ya que se dstribuyeron jugadores en los diversos puestos según sus capacidades. Los uniformes fueron rojos y azules. Se recuerda que la concurrencia pasó de mil quinientas personas, aunqe no quedó el marcador para la historia.

Pero antes de esta demostraciones, el 21 de mayo de 1896, se había creado el “Atlético Arturo Prat”, fundado por algunos jóvenes que practicaban ejercicios atléticos en la plaza General Cruz. Luego de las demostraciones efectuadas por ingleses y alemanes la juventud de este club comenzó a interesarse por el fútbol y formaron dos equipos entre sus socios.

El 7 de diciembre de 1897 se fundó otro club el “Internacional F.C.,que tuvo una organización superior al Arturo Prat, contó con una cancha propia, a orillas del Bío Bío, en Chepe; a pesar de ello, sus partidos se disputaron en la plaza General Cruz. Su principal contendor era el Arturo Prat.

Sus estatutos consultaban disposiciones estrictas; aceptaban socios de todas las nacionalidades, pero de preferencia chilenos. Su cuota de incorporación: dos pesos. La mensual: un peso. Como se puede ver bastante subidas para aquella época.

El uniforme establecía minuciosamente: zapatos de fútbol amarillos; medias cortas, negras; canilleras especiales; pantalón blanco hasta más arriba de la rodilla; cinturon lacre, camiseta listada, blanca y negra, sin cuello; gorra negra.

El 6 de marzo de 1898, se trasladó el Internacional a Talcahuano con sus dos equipos, con el fin de difundir el fútbol. Los jugadores de ambos cuadros (azul y colorado), no pudieron definir el partido, que terminó en empate a cero gol después de tres horas de juego.         

El 15 de junio de 1903, el antiguo club “Internacional” tomó el nombre del Almirante “Arturo Fernández Vial”, por la admiración que causó a sus asociados la figura enérgica y ecuánime del distinguido marino, ensalzada por los obreros en la huelga de ferroviarios y estibadores del puerto de Valparaíso de ese año.

Entrabadas las gestiones entre la Compañía Inglesa de Vapores (PSNC) y los huelguistas, el almirante Fernandez Vial, enviado con tropas para colaborar a la policía que había sido sobrepasada, conversó con los líderes de la huelga y reconoció la legitimidad de sus peticiones que eran mejores salarios, limitar el peso de bultos y sacos, mayor plazo para el almuerzo y que existiera una “matrícula”, es decir, que sólo se contratase a estibadores inscritos como tales.

Esta situación, unida al hecho de que el Almirante era un sobreviviente de Iquique, lo que era de conocimiento público, le daban cierta admiración, especialmente entre los obreros que habían participado en la Guerra del Pacífico, situación que colaboró en las conversaciones finales con la naviera, que debió asumir los legítimos derechos que pedían los huelguistas.

Así, fueron de conocimiento general las condiciones de este bravío marino, lo que influyo para que los ferroviarios penquistas generasen el cambio de nombre de su club, que bajo el timón de activos ferroviarios, durante muchos años fue el mejor equipo de fútbol al sur del río Maipo.

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Héctor Alarcón Carrasco

Escritor e investigador. Especialista en Historia Aeronáutica y Ferroviaria. Autor de diversos libros.

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