Mitos de la Patagonia

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Lidia

Tema presentado por la escritora Argentina Lidia Cristina Lacava en el Encuentro de Literatura e Historia, Lautaro 2016

Los escritores y los educadores nos debemos a la cultura popular dado que nuestro ámbito de acción es el pueblo, destinatario de nuestras creaciones y enseñanzas.

Para Eduardo Galeano “La cultura popular es un complejo sistema de símbolos de identidad que el pueblo preserva y crea.”

Mientras que para Margulis: “La cultura popular es la cultura de los de abajo, fabricada por ellos mismos en respuesta a sus propias necesidades y por lo general sin medios técnicos. Es una cultura solidaria, pues sus productores y consumidores son los mismos individuos que la crean y ejercen”.

Para Galeano, los proyectos de la clase dominante se imponen a los sectores dominados por los medios de educación formal y los medios de comunicación de masas, que suprimen su historia y producen el vaciamiento de la memoria. Según esta óptica, la cultura popular se encuentra opuesta a la cultura de masas.

Los escritores y educadores nos encontramos frente a esta disyuntiva de difícil solución. La educación formal que representamos se enfrenta a la cultura popular, la desjerarquiza y reemplaza sus valores. La comunicación de masas es una aliada en este esfuerzo de integración y asimilación. Poco puede hacerse, pues el bagaje cultural y técnico que caracteriza a la globalización actual, es de tal envergadura que no existe forma de volver hacia atrás.

Queda como recurso paliativo de las pérdidas de las riquezas culturales primigenias, el estudio y la difusión intencionada de algunos de sus íconos, símbolos y caracteres. Tal el caso de los mitos.

El mito está en la base de la cultura popular. La nutre y sostiene. En las sociedades cuya mayoría puebla América, el mito es una lectura poética y parabólica de la realidad, la explicación dúctil y dialéctica de un origen

Que no se puede todavía explicar con conocimientos científicos. “Un pueblo que no tiene mitos ya está muerto, reflexionaba Georges Dumezil y el ecuatoriano Benjamín Carrión afirmaba que “las patrias se nutren y mantienen más de la leyenda que de la historia”.

La cultura popular se enlaza al tiempo inmemorial y legendario, hacia su protohistoria, al margen de todo cientificismo histórico que niega todo pasado del que no existan documentos.

Obsérvese que la Historia de Roma se cuenta a partir de la leyenda de Rómulo y Remo, amamantados por la loba.

El mito es poesía alzándose contra la aridez del dato científico, es fábula moral, un modelo de comportamiento e incluso algo más profundo: es el motor de la historia.

Después de un largo viaje por la abstracción, con el consecuente desarrollo de los instrumentos conceptuales, se regresa al sabor de la anécdota, a la reconstrucción de arquetipos a la postre más perdurables de lo que se suponía, como la mejor forma de dar un sentido coherente a la condición humana.

El mito es anterior y posterior a la Historia, es eterno y subsiste como un conjunto estructurado de principios fundamentales de la cultura.

La mente necesita del mito y de la razón, doble juego de sueño y orden racional. En nuestra joven América el mito es el sustrato de su espíritu.

 

 

Lidia C.Lacava

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

.”Sobre la cultura y el arte popular” Adolfo Colombres- Ediciones del Sol-1987

. “Hablemos de Indios” Guillermo Iriarte- Faqui Prafil-1980

. “Neuquén, su historia, geografía y toponimia”- Dr. Gregorio Älvarez- Imprenta del Congreso de la Nación-1983

.”Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada” – René Guénon- Editorial Universitaria de Buenos Aires- 1976

.”Nguillatunes del Neuquén”   Wily A. Hassler- Siringa Libros- 1987

 

 

 

MITO

EL CAPATAZ DE FTA CHAO

Fta Chao es uno de los nombres de Nguenechen (dueño de los hombres) con que el mapuche designa a su Dios. Venido éste a crear el mundo, puso en la Tierra a todos los habitantes, animales, plantas, ríos y montañas.

Su creación le agradó y dando por concluida su tarea, decidió viajar con el fin de producir otros mundos.

Antes de partir gestó un hombre de notables dimensiones y fuerza al que encargó el cuidado de las criaturas del mundo recién creado, pues temía la intervención destructiva de Huecuvú, encarnación del mal (diablo).

Luego de un tiempo de armonía, las acciones de Huecuvú comenzaron a sentirse. Rebeló a los grandes animales (saurios) en contra del capataz, argumentando que éste no era tan grande como para vencer en lucha a todos los animales juntos.

Tales intrigas convencieron a los grandes saurios de atacarlo y vencerlo, quitándole el mando. La lucha fue terrible y duró mucho tiempo.

El resultado de la cruel batalla ocasionó la desaparición de estos animales y la muerte del vencedor, por agotamiento.

En la margen oeste del río Limay, antes de llegar a Bariloche*, se observa en la montaña, la figura yacente de un aborigen con perfil definido. Es el capataz de Fta Chao, que no pudo ser sepultado por su gran tamaño y se convirtió en piedra. Es el testigo silencioso de un accidente de la creación de nuestro mundo.

Loa aborígenes explican con esta leyenda la desaparición de los grandes saurios llamados : Elel. Cuando encuentran restos fósiles de éstos, raspan los huesos y el polvo resultante lo beben con algún líquido, para recibir la fuerza de aquéllos.

 

*BARILOCHE: localidad del sur de la Provincia argentina de Río Negro.

 

 

ANALISIS DEL MITO

EL CAPATAZ DE FTA CHAO

 

. Se acepta la existencia de la pluralidad de los mundos creados.

. Se afirma la existencia de los grandes saurios.

. Se acepta la coexistencia de los primitivos pobladores con los grandes

Saurios.

. De esto se infiere la antigüedad del doblamiento de la Patagonia.

. El Capataz de Fta Chao pertenecería a la Raza de los Gigantes, que aparecen nombrados en numerosos relatos a lo largo del mundo.

El primer mito en que aparece un gigante es el de Gilgamesh (Sumeria) que mediría aproximadamente 5,60 m.

En India las leyendas sobre el dios Krishna hablan de una gigante femenina llamada Putana.

En Grecia se nombra a los gigantes hiperbóreos que vivían más allá de los vientos del norte.

En los países nórdicos están los jotuns que luchan con los dioses.

Con los hebreos se encuentran los nephilim. Ej. Goliat.

En la Patagonia Argentina se nombra a Nosjthej, padre de El-lal, creador de los tehuelches.

 

 

MITO

EL DIOS EPUAM

 

El cacique Chocorí volvió derrotado. Con los restos de su tribu se instaló en las orillas del lago Huechulafquen.

En su corazón había un gran dolor. No tenía un descendiente varón, por lo que se avergonzaba. Al conocer a su mujer que estaba encinta se apresuró a consultar a la machi sobre el sexo de la criatura que llegaría. La machi Calcuñe (ojos brujos), le dijo que tendría otra mujer (ya tenía dos). Esta criatura provendría de otro mundo y estaría destinada a casarse con el dios Epuam (dos almas), que moraba en el Lanin. Este dios tenía dos caras con las que miraba el pasado y el futuro siendo además el dueño de los fuegos del volcán.

La machi le dio tranquilidad al asegurarle que el siguiente vástago sería un varón, Transcurrido un tiempo se produjo el nacimiento de la niña, que era débil. La machi sugirió que se le nombrara Caalwe (otro espíritu).

En una oportunidad el cacique envió a sus tres hijas a recoger manzanas silvestres para hacer mudai. Mientras dos hermanas estaban en la copa de un árbol, la menor Caalwe se alejó rumbo al lago. Se internó en las aguas montada en una pequeña islita cual si fuera un bote y desapareció en la inmensidad del mismo.

Consultada la machi, esta le recordó al afligido padre que desde antes de que naciera, él sabía que esta criatura era de otro mundo y que se casaría con el dios Epuam, que ahora la requería.

Le dijo también que su hija volvería a verlos, siempre que él sacrificara un toro colorado y volcara su sangre en el lago. Su hija tranquilizaría a la familia y luego cumpliría su destino.

El cacique realizó el rito, arrojó la sangre al lago y vio cómo su hija se acercaba navegando en la pequeña islita.

La familia la acompañó hasta la ruca, pidiéndole que se quedara. Chocorí la había prometido por esposa a uno de sus guerreros. Hizo destruir la islita a fin de retenerla y cumplir la palabra empeñada.

Caalwe les explicó que se desposaría en el volcán Lanín. Los padres y los guerreros intentaron detenerla, pero con una fuerza muy superior a su físico, los apartó. Corrió hacia el lago y ya sin la islita portadora, voló sobre las aguas rumbo al Lanín.

A medianoche se vio al volcán en llamas, sin arrojar lava, piedras o cenizas. Era el feliz epílogo del desposorio de Caalwe.

 

Huechulafquén: lago del extremo, lago del límite o lago de la punta. Se encuentra cercano a la ciudad de Junín de los Andes, sur de Neuquén.

Lanin: muerto, aparición como fantasma. Es unvolcán que sirve marco al lago Huechulafquén.

Mudai: trigo hervido con azúcar, chichase le agrega después.

 

 

ANALISIS DEL MITO

EL DIOS EPUAM

 

. El dios Epuam se presenta con dos caras. Existe una significativa similitud con el Jano Bifronte, que también mira hacia el pasado con un rostro y hacia el futuro con otro.

Los romanos le consagraban las puertas de sus casas y ciudades. Las dos caras representan el pasado y el porvenir. A veces aparece la cara de un anciano y la otra de un joven.

Entre el pasado que ya no es y el futuro que no es aún, se encuentra el presente, cuyo rostro es invisible, ya que es una instancia inasequible.

Jano sería “el Señor del triple tiempo” y ante todo “Señor de la eternidad”.

La doncella protagonista del mito es una criatura de otro mundo sin especificar cual (espíritu, ser de la luna, del lucero, etc.)

. A pesar de ser de otro mundo, nace de un humano y en el seno de una familia humana.

. La Machi conoce el origen y el destino inexorable de Caalwe desde antes de su nacimiento. En cierto sentido es como el dios Epuam.

. En este mito las criaturas de otro mundo se mezclan con los humanos y también con elementos de la naturaleza tan significativos como el volcán Lanín.

. Un humano no puede unirse a la fuerza de un volcán, pero puede engendrar un ser de otro mundo que sí pueda hacerlo.

. Se hace notar también que el cacique Chocorí no acata los anuncios de la Machi a la que siempre consulta. Se diría que su fe no está a la altura de los anuncios que se le hacen.

 

 

Lidia C. Lacava

 

 

 

Héctor Alarcón Carrasco

Escritor e investigador. Especialista en Historia Aeronáutica y Ferroviaria. Autor de diversos libros.

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