Contenidos
En este Capítulo:
Huechuraba Poniente
Huechuraba: El Nombre
Huechuraba en la Historia
El Camino de Chile
La chacara de Pedro de Valdivia
Otros propietarios al norte del Mapocho
Huechuraba se convierte en Comuna
Huechuraba Poniente
Durante la segunda mitad del Siglo XX Santiago tuvo un crecimiento demográfico sostenido. Basta revisar antiguos planos de la capital para comprobar esta aseveración.
Esta situación ha generado el establecimiento de nuevas comunas que han dado origen al poblamiento de terrenos que antaño fueron los proveedores de verduras frescas y frutas jugosas que le dieron fama. Trasladadas en carretas primero, en carretelas y camiones después, llenaban los mercados, donde un ejército de comerciantes se encargaba de su distribución por los cuatro puntos cardinales de la ciudad.
El sector norte, el más antiguo de la capital, no ha estado ajeno a este desborde poblacional, iniciado el 30 de diciembre de 1927 con la creación de la Comuna de Conchalí.
A mediados de los años 50’ el área norte no pasaba más allá de la Plaza Chacabuco. Desde allí seguían algunas poblaciones disgregadas.
Es significativo que en 1920 Conchalí contaba con 12.000 habitantes, cifra que en 1940 aumentó a 35.737 y el año 1970 sobrepasaba los 246.000.
Entre 1896 a 1949, en el sector norte correspondiente a lo que era Conchalí, se construyeron 27 poblaciones. En cambio, entre 1950 y 1985, esta cantidad aumentó significativamente a 229, situación que de por sí revela un aumento considerable de sus habitantes.
Recién en 1979 el Ministerio de Vivienda modifica el Plan Intercomunal de Santiago, transformando el sector rural de Conchalí en un área potencialmente urbanizable, destacando entre sus proyectos habitacionales la Villa los Libertadores, 600 metros al norte de Américo Vespucio, junto a la hoy desaparecida Carretera General San Martín.
El 9 de marzo de 1981 se dicta el D.F.L. Nº 1-3260, que fija nuevos limites a la Comuna de Conchalí y en sus acápites principales crea las comunas de Recoleta Independencia y Huechuraba.
Sin embargo, debido a razones presupuestarias, pasarán varios años antes de que Huechuraba pueda lograr su separación definitiva de Conchalí.
El 1º de enero de 1990, el Gobierno destina los recursos necesarios para financiar el funcionamiento del municipio y la Comuna de Huechuraba es separada definitivamente de la Comuna de Conchalí, instalando sus oficinas en el corazón de la populosa población La Pincoya.
Los límites comunales, en líneas generales, fueron por el Norte el cordón de cerros, por el Sur la Avenida Américo Vespucio, por el Oriente el sector llamado La Pirámide y por el Poniente la Carretera General San Martín, entre el Puente Verde y Vespucio.
La morfología del terreno asignado provocó la inmediata y natural separación de la Comuna, partiéndola en dos. Esta divergencia es provocada por el Cordón de la Chacarilla, el que extiende su piedemonte hasta muy cerca de la Av. Vespucio, generando un límite muy destacado, ya que no hay ninguna vía que lo cruce. Por el Oriente quedó el sector más conocido como La Pincoya, el más poblado y por ende con mayor cantidad de poblaciones y por el Poniente quedó el sector entonces netamente rural, donde solamente se levantaban las villas Los Libertadores y René Escauriaza, además de la pequeña población que se surgió alrededor de esta última, conocida como Malaquita. Mención aparte merece la Villa Esperanza, integrada por personas que adquirieron sitios para autoconstrucción al norte de Vespucio y junto a la Avenida Pedro Fontova.
Sufriendo ambos sectores el llamado efecto de comuna dormitorio, por no proporcionar trabajo a todos sus vecinos, se generan dos polos de desplazamiento fácilmente distinguibles: por el Oriente la populosa Avenida Recoleta y por el Poniente la calle más antigua de Chile: la extensa Avenida Independencia.
Ambas avenidas nacen junto al Mapocho, separadas apenas por tres cuadras, pero en su desplazamiento hacia el norte se van alejando hasta una distancia que bordea los cinco kilómetros. Esta particular situación genera una vida singular a cada una, hecho que ha culminado en el total distanciamiento de los habitantes de la Comuna de Huechuraba, que sólo pueden tener contacto a través de la Avenida Américo Vespucio, ya que como se ha dicho, el Cordón de La Chacarilla impide, por el momento, otra vía de comunicación.
Esta situación repercute principalmente en su juventud, que por razones de distancia no puede acceder a los bienes comunales como biblioteca, gimnasio e instalaciones deportivas, lo que origina una duplicidad de servicios; tanto es así que la Municipalidad se ha visto en la necesidad de abrir en la Villa Los Libertadores una oficina municipal, un consultorio médico y una oficina electoral enviando cada cierto tiempo cobradores para el servicio de extracción de basura.
Hoy todavía los habitantes del sector Poniente no pueden tener su propio sello de identidad comunal. Y como habían de tenerlo ¡si oficialmente no hay niños nacidos en Huechuraba!
Además, para eso la Avenida Independencia todavía provee muchas necesidades básicas. Si hay que inscribir un niño en el Registro Civil, se hará en el sector del Hospital respectivo o ¡a la bajadita de la micro en Conchalí! Si hay que sacar cédula de identidad: ¡Conchalí!, si hay que dejar una constancia ¡En la Subcomisaría de Los Pasos! Y así podríamos seguir enumerando situaciones puntuales que nuestra Comuna, en la que vivimos desde antes que se creara, no nos puede entregar tan fácilmente, como resulta hacerlo en Conchalí.
Situaciones extrañas para una Comuna, que esperamos en el futuro puedan subsanarse cuando el sector Poniente, apelando a su propio poblamiento, se convierta en Comuna y logre tener su propia Municipalidad. Tal vez faltan aún muchos años para aquello, pero cuando los habitantes de este sector hoy no tenemos ningún representante en el municipio, sólo se puede soñar con algo grande.
Huechuraba: El Nombre
Hace ya más de diez mil años, las aguas de un río se desplazaban por lo que hoy son los terrenos del Fundo El Guanaco, seguían su curso por las orillas del cerro y se perdían más allá del Puente Verde, formando tal vez una extensa laguna por los bajos de San Ignacio.
Con los años el sedimento comenzó a embancar el río y allí en la curva donde las aguas chocaban con más violencia, los indígenas (que llegaron más tarde a poblar el lugar), descubrieron que el sedimento se había convertido en la mejor greda de estas tierras y comenzaron a trabajarla, elaborando primitivos cacharros que les permitieron hacer más llevadera la vida.
Cuando fue necesario nombrar ese rincón prodigioso, donde la greda estaba a flor de tierra, se le denominó en su lengua “greda del rincón” o “rincón de la greda”.
Pero esta lengua primitiva no tenía la versatilidad como para definir correctamente este nombre y por lo tanto se usó una palabra compuesta, que medianamente interpretaba el sentido de lo que querían expresar.
Esa palabra fue “Huechuraba”.
Según el sacerdote Ernesto Wilhelm de Moesbach en su libro Voz de Arauco, Huechuraba viene de las palabras:
Rapa que significa: greda negra. Encima de greda;
Hue que significa: lugar y
Huechu, huechun, que significa: encima, arriba de, punta, cumbre, extremo.
Como vemos, esta interpretación es bastante vaga y no podemos tomarla en toda su extensión. No obstante si hacemos el desglose de esta definición llegamos claramente a su resultado:
Rapa : Greda
Huechu: Extremo
Por lo tanto la traducción correcta, en este caso, es greda del extremo.
No podemos olvidar que en el caso de nombres de lugares, generalmente se reconocen por alguna particularidad de la región, que aquí es claramente la greda que está en el extremo o rincón, lo que hasta la fecha podemos ratificar pues en el Fundo El Guanaco la fabrica de ladrillos Princesa ha extraído miles de toneladas de greda del lecho del antiguo río.
No podemos tomar livianamente algunas traducciones como “greda que cae desde lo alto”, “de lo alto nace la greda” u otras similares, ya que no interpretan el sentido de lo que aquí se quiso expresar.
Ya lo decía claramente Francisco Solano Astaburuaga en su Diccionario Geográfico de la República de Chile, edición 1899: Huechuraba es la corrupción de huechun y de ragh y significa greda del extremo.
Y debemos creerle a este señor, en su época Director General de Correos, quien recogía los antecedentes para sus obras, directamente de los lugareños, por intermedio del personal de correos y estafetas que trabajaban en las zonas más apartadas.
Esto nos permite precisar que primero se denominó Huechuraba al lugar y luego tomó este nombre el cacique, señor de estas latitudes desde los cerros, por el norte, hasta el río Mapocho por el sur.
Y de eso hace varios siglos, no debemos olvidar que cuando llegaron las huestes españolas de Almagro primero y Valdivia más tarde, a realizar la conquista del país, ya vivía en este sector un cacique llamado Huechuraba.
Huechuraba en la Historia
Hemos dado un somero vistazo a la región norte del Siglo XX, pero cuando se ha creado la Municipalidad de Huechuraba, resulta necesario conocer cual fue el origen de estas tierras, investigar su pasado, para que sus habitantes puedan conocer el territorio que los cobija y quienes fueron sus pobladores en tiempos remotos. Más de alguna sorpresa nos llevaremos, por supuesto.
El poblamiento de este pequeño rincón del mundo, que con el correr de los milenios se ha transformado en nuestra nación llamada Chile, tiene una antigüedad cercana a los 8.600 años A.C. (Historia de América, Diego Barros Arana, Ed. Anfora, Bs. Aires 1973 ).
Estudios arqueológicos y antropológicos contemporáneos, asumen que la existencia de asentamientos de caseríos suburbanos agro-alfareros se remonta a fines de la época del Neolítico (Edad de la piedra pulimentada).
No obstante, las primeras aldeas agro-alfareras conocidas como tales, datan de los años 180 A.C, siendo la más antigua de ellas la aldea de Huechuraba, con unos 2.175 años. A su alrededor se van formando nuevas aldeas como Huelen, Coyo, Guaycohes, Vitacura (de origen Inca), Apoquindo, Tobalaba, Nuñohue y Macul.
Más tarde entre los años 500 y 1000 D.C., se establece una población de tipo agro-alfarero, que supera los 10.000 habitantes estimados, a la llegada del descubridor y el conquistador español en 1536 y 1541, respectivamente. (Juan Parrochia “Los Quinientos Años de Santiago y el Segundo Milenio de la Aldea de Huechuraba”, 1995)
El Camino de Chile
Antes del primer avance español (1536), por las tierras que más tarde llegarían a conformar nuestro país, las tropas del inca Huaina Capac, acamparon en el lugar que tenía sus rucas el poderoso cacique Huechuraba, que más tarde daría su nombre al caserío así denominado y que se ubicaba en lo que más tarde se llamaría “Cañadilla afuera” o sector rural.
Viejas crónicas nos indican que los incas en su desplazamiento hacia el sur utilizaron un antiguo camino abierto por los naturales, el que servía como parte de la ruta que luego se conocería como Camino del Inca.
Esta vía de comunicación bajaba de la cordillera central hasta Putaendo en Aconcagua, seguía al sur, pasando por Colina y Chicureo, dejando al poniente el cerro Pan de Azúcar y luego de atravesar el cordón de cerros, se desplazaba hacia el valle realizando una extensa curva hacia el este, pasando por las rucas del Cacique Huechuraba, inclinándose luego al occidente, desde cuyo punto continuaba recta hacia el Mapocho. Al oriente de este camino quedaban el cerrito de Huechuraba, que los españoles llamaron Monserrate, el mismo que hoy denominamos «Cerro Blanco».
Este era el Camino del Inca o Camino de Chile, llamado así indistintamente por los indios peruanos y los de estos valles, los cuales toman el último nombre como el propio de esta región.
El cronista Justo Abel Rosales, en su obra La Cañadilla de Santiago, expresa que estudiando viejos documentos, ya amarillentos por los años, en los cuales basó su investigación, ratifica que los españoles Diego de Almagro y Pedro de Valdivia llegaron a las márgenes del Mapocho siguiendo el mencionado camino.
Uno de los principales soportes de esta afirmación tenía su base en cierta resolución judicial recaída en gestiones iniciadas por los curas de Santo Domingo como grandes propietarios al norte del río, para fijar el trazado del primitivo Camino de Chile, por sostener que un antiguo vecino de las tierras ocupadas por aquellos en Huechuraba, el capitán Pedro Ordóñez Delgadillo, se había excedido en los linderos señalados a su propiedad por el lado de ese camino.
Ambas partes se comprometieron a coordinar el asunto por medio de una sentencia arbitral, dictada previa vista de ojos del lugar en litigio, en la que quedó señalado que el Camino de Chile era el que bajaba por el portezuelo de Huechuraba, según lo declararon conquistadores y vecinos, además de indios antiguos, naturales de estas tierras (Anexo Nº 1).
Otros valiosos antecedentes sobre esta materia dejaron el sargento mayor Juan de Casana y el doctor Juan Jiménez de Mendoza, famosos por sus rivalidades con los Lisperguer. Como el camino era el deslinde obligado de los nombrados y otros vecinos, trabaron pleito en 1613 por igual causa que los dominicos con Ordóñez Delgadillo. En las pruebas rendidas por Casana figuran algunas declaraciones que son verdaderas curiosidades históricas, pero que en el fondo no hacen sino ratificar los dichos en el sentido del trayecto ya conocido del camino.
Estas son tal vez las más antiguas versiones que existen sobre el trayecto del Camino de Chile, y en ellas queda claro que esta ruta pasó bajando por el portezuelo hacia las tierras de Huechuraba, desde donde seguía hacia el Mapocho por lo que hoy se denomina Avenida Independencia.
Es decir, en lo que a la actual comuna respecta, el sector poniente es el heredero de esta antigua ruta, creada por los naturales de esta tierra, por la que transitaron los Incas y por la que más tarde se movilizaron los españoles en su avance hacia el Mapocho.
J Abel Rosales La Chimba Antigua, Historia de la Cañadilla, Ed. Difusión, 1948 Santiago, 95 páginas.
La chacara de Pedro de Valdivia
Valdivia fundó Santiago de Nueva Extremadura con sesenta vecinos y encomenderos que redujo posteriormente a treinta. Según el plano de Thayer Ojeda, en el que aparecen las concesiones de solares hechos por el Cabildo hasta 1575 permite suponer que la planta inicial de la ciudad puede haberse extendido, en el caso máximo, entre las calles Santo Domingo, Agustinas, Mac Iver y Bandera con un total de dieciséis manzanas.
«Por el Norte, el límite era la acequia de «Huachuraba», o de Flores, donde empezaban las tierras de El Salto y por el Oriente la Sierra en el Cerro San Cristóbal». Desde aquí comenzaba el sector rural, en el que naturalmente quedaba ubicado el corazón de Huechuraba
Una vez que Valdivia se hubo asentado en el valle del Mapocho con sus huestes, realizó el reparto de algunas tierras a sus compañeros para que las utilizaran como chácaras, como se decía en aquellos años.
En este reparto, Valdivia haciendo uso de su calidad de Gobernador, dejó para sí un hermoso llano comprendido entre el río hasta el Salto, al norte, y desde el camino de Chile hasta el cerro de San Cristóbal, al oriente y por el poniente hasta el Camino de Chile.
En el año 1546 el Cabildo confirma a don Pedro de Valdivia la propiedad de los terrenos en la ribera norte del río Mapocho, incluyendo el Cerro de Huechuraba, el cual en 1545 había cambiado de nombre por el de Cerro Montserrate, al instalar doña Inés de Suárez una ermita en la cumbre, dedicada a dicha Virgen (Anexo Nº 2).
Valdivia mantuvo la chacra en su poder hasta el año 1550, entregándola luego a doña Inés de Suárez y a su esposo Rodrigo de Quiroga, para proveer a la conservación de la ermita por ella erigida.
Es interesante destacar que la única cláusula que impone don Pedro a doña Inés es que los Yanaconas que labraban las tierras no fueran molestados. Es posible que estos indios estuvieren ubicados en el antiguo poblado de Huechuraba, el que según algunos cronistas se ubicaba a unas cuatro cuadras hacia el norte del actual Cementerio General.
En 1558 doña Inés, con consentimiento de su marido, el Capitán Rodrigo de Quiroga, dona los terrenos a Los Dominicos, pasando a llamarse el lugar Llano de Santo Domingo y el Cerro: Santo Domingo; («Con el compromiso de decir misas cada tres viernes en forma perpetua por el alma de don Pedro de Valdivia»).
Los dominicos mantuvieron estas tierras hasta 1823, cuando la exclaustración de la mayor parte de los religiosos y las presiones de los pipiolos en el Gobierno por confiscar los bienes eclesiásticos, empujan a los frailes a vender el Llano de Santo Domingo, siendo don Pedro Nolasco León y don Enrique Campino, los que compran la gran propiedad, quedando fuera de la venta el Cementerio (en ese entonces Católico) y la Viña Vieja con la iglesita.
Así, la primitiva propiedad de Valdivia perdió en pocos años su forma y su nombre, quedando estas tierras plenamente integradas a la ciudad con el correr de los siglos.
Otros propietarios al norte del Mapocho
El 10 de octubre de 1545, las tierras de El Salto fueron entregadas a Rodrigo de Araya, cuyos límites enmarcan un sector que va desde el costado norte del Mapocho por la orilla del cerro San Cristóbal, sector conocido como El Salto, lugar que también recibía el nombre de El Salto del Mapocho o Salto de Araya.
En 1557, Rodrigo de Araya expulsa de los alrededores del cerro a los pacíficos indios Yanaconas, que eran adoctrinados en la ermita de Monserrate, enviándolos al Cerro Macaya de Quillota.
En cuanto a los terrenos situados al poniente del camino de Chile, mucha tierra quedó vacante, es decir, sin dueño alguno hasta algunos años después del primer siglo de la conquista. Entre los primeros poseedores de esa parte figura Alonso Moreno, a quien el Cabildo le hizo merced de una considerable chacra el 15 de setiembre de 1546, y estaba situada más o menos en los «Pasos de Huechuraba». Este la vendió a Pedro Gómez, de cuyo poder pasó a su hijo del mismo nombre y de aquí al de su nieto Pedro Gómez Pardo, quien promovió un largo pleito por los deslindes de su propiedad con la de los dominicos.
El primer Pedro Gómez nombrado, obtuvo también una merced de tierras del gobernador Valdivia, con fecha 16 de agosto de 1546 en el mismo lugar de Huechuraba, que deslindaba con la chacra que tuvo Pedro de Villagra y Fernando Vallejos, que la vendió a Fernando Bravo y éste a Fernando Gallegos (Anexo Nº 3).
A principios del siglo XVII el tránsito por el camino de Chile desde el Mapocho al norte, no tenía alteraciones, pero un día el capitán Pedro Gómez Pardo, vecino de Huechuraba, lo cerró por completo, plantó una viña en él, edificó además unas casas o ranchos y lo borró de tal manera, que los que tenían que traficar entre Santiago y Aconcagua, o puntos intermedios, se vieron forzados a hacer un extenso rodeo al oriente, pasando exactamente al pie occidental del cerro Blanco. Su antecesor Pedro Gómez, fue quien levantó los primeros tapiales por ese lado de la Chimba, tomando gran parte del camino, que su descendiente cerró enteramente.
Este Pedro Gómez, fue el primer propietario que hubo en la Cañadilla afuera, camino de Huechuraba. Pero Gómez no contaba con que sus vecinos, los Dominicos, armarían un pleito de proporciones, agravando los hechos la situación de que el mismo Gómez había comprado un retazo de terreno que había sido rematado por el Cabildo al maestre de campo Jerónimo de Saravia, quien se lo traspasó, en circunstancias que los mercedarios habían ofrecido diez patacones más por el remate. Esto motivó una revocación del remate, aunque más tarde las tierras finalmente fueron adjudicadas a Gómez con la condición de “dejar la cañada como se está hasta el fin de dicha heredad y fin de su cerca ha de quedar el camino de cien pies de ancho a mano izquierda para el uso de ella y de las dichas tierras”
Así, ese año de 1627 se salvó esta importante vía de ser cortada a poco de salir del Mapocho y quienes viajaban hacia el norte pudieron continuar haciéndolo, sin sufrir desvíos ni alteraciones en su recorrido.
Pero no habían de pasar muchos años antes que Gómez Pardo originara un nuevo pleito con los dominicos, que para pelear y correr cercos parece que no se la ganaba nadie.
En esta oportunidad el camino fue invadido por los trabajadores de Gómez, quiénes extendieron el cercado hasta el pie del cerro Blanco, pero abarcando una extensión mayor de terreno que en la ocasión anterior, pues Gómez incluyó en sus propiedades todas las que los dominicos tenían por ese lado, o sea desde la actual Avenida Santos Dumont, más o menos, hasta más allá de los pasos de Huechuraba. El capitán no se andaba por las ramas, porque junto con terminar el cierre de su extensa y nueva chacra, empezó a plantar viña y hortalizas, y edificó, como antes, medio a medio, del camino real de la Cañadilla una gran casa para vivienda suya o de sus indios.
La chacra de Gómez Pardo empezó luego a surtir de las más frescas y mejores hortalizas a todas las cocinas de Santiago. Esto último no tenía nada de raro, porque es fama que las tierras de la Chimba produjeron las primeras hortalizas y frutas europeas desde los primeros años de la conquista. Al menos la parra y su sabroso fruto y sus derivados, databan desde 1555.
Un nuevo pleito y los dominicos vuelven a ver restituidas sus tierras luego de dos vistas de ojos y el camino de Chile se vuelve a abrir rectamente del Mapocho al norte, esta vez para siempre, libre ya de los embarazos que le colocaba Gómez Pardo.
A raíz de este juicio se levantó un plano de todas las posesiones de la Chimba y todo el llano norte del río desde el Arenal al San Cristóbal. Se presume que este fue la primera vez que se efectuó un levantamiento de estos terrenos, el que fue realizado por Francisco Luis Besa, quien lo presentó al tribunal el 26 de agosto de 1641, el mismo día que se falló el pleito de Gómez con los frailes.
Dice Rosales en su ya mencionada obra que estos lugares eran desde el siglo de la Conquista, tranquilos campos de labranza, adonde no llegaban los alborotos de la vecina capital, de quien apenas sentíanse los variados toques de las campanas de sus iglesias y conventos, ahogados a veces por el mujido del buey, el bramido del toro perdido entre los espinares, y el rebuzno del inquieto garañón, haciendo coro al canto monótono y desabrido de los sembradores que seguían el surco del arado de norte a sur o de oriente a poniente, y la algazara que formaban las cuadrillas de trabajadores de acequias o sus limpiadores; trabajo incesante de todos los días del año, que convirtió a la Chimba, por sus canales y acequias, en una nueva Venecia de trigo, cebada y papas.
Ya en 1573, el Alcalde Santiago Azócar fijó nuevos límites a las tierras ubicadas al norte del río Mapocho hasta Huechuraba y los Dominicos habían quedado reducidos entre el río y el sector El Salto.
Al fundarse a la entrada de la calle del Salto La Recoleta Franciscana (1663), la calle pasa a llamarse De La Recoleta, asimismo según plano de Santiago levantado por Claudio Gay y grabada por Erhard para el «Atlas de la Historia General de Chile de Gay» (año 1831), la actual Avda. Independencia continuaba llamándose Cañadilla, siendo éstos más tarde los dos ejes estructuradores del Santiago Norte, hoy comunas de Recoleta, Independencia, Conchalí y Huechuraba.
La visión del área norte conocida como La Chimba, entre 1647 y 1730, presenta «zonas exclusivamente rurales hacia estos años, se concentra gran cantidad de ganado que se destina al abastecimiento de Santiago. Se presenta un grave problema por la mala calidad y los escasos caminos que vinculan el sector norte y el resto de los rancheríos».
Cabe destacar que la inauguración del nuevo Puente de la Chimba (Recoleta), el 25 de Agosto de 1679, tiene especial importancia por el intercambio social y económico con Santiago y el área norte.
Concluido el período colonial, ya muchas de las chacras del sector norte han cambiado de dueños, así como los predios han cambiado de tamaño, presentando un nuevo paisaje a la vista de los santiaguinos que de tarde en tarde se internaban por los caminos allende Mapocho en sus ágiles cabalgaduras. Poco a poco el nombre de La Chimba con que se conoció el sector norte, ha ido desapareciendo. Recoleta y la Cañadilla están tomando también su identidad propia, como lo son sus destinos tan definidos.
Divisiones Territoriales en el Chile Independiente
El año 1818, durante el Gobierno de Bernardo O’Higgins, se dictó entre otras leyes, una Constitución Política y para aplicar la administración de justicia en los campos y lugares apartados, en su capítulo IV, Artículo 9º se creó el cargo de Juez-Diputado, el que fue reglamentado el 13 de noviembre de 1818.
Esto significó que el Santiago rural fuera dividido en diputaciones, correspondiendo al sector norte las de Renca, Huechuraba, Colina y Lampa.
De esta subdivisión se desprende que la Diputación de Huechuraba ocupaba todo el sector norte de la Chimba, desde el San Cristóbal hasta todo o parte de Quilicura, ya que en una nómina de contribuyentes de la Diputación de Huechuraba de los años 1817 a 1819, podemos encontrar el nombre de don José Romo, apellido de una de las familias tradicionales de esa hoy progresista Comuna (Anexo Nº 4).
El 18 de agosto de 1862, bajo el Gobierno de José Joaquín Pérez, se publica el Decreto Supremo por medio del cual se modifica la división política del Departamento de Santiago, fijándose sus límites. Al mismo tiempo se crearon treinta subdelegaciones y éstas a su vez fueron divididas en 158 distritos.
Según dicho Decreto, las Subdelegacones del sector norte fueron las siguientes:
20ª de «Renca»; 2lª de «Quilicura»; 22ª de «Larnpa»; 23ª de «Til-Til»; 24ª de «Caleu»; 25ª de «Chacabuco»; 26ª de «Colina»; 27ª de «Huechuraba»; 28ª de la «Cañadilla»; 29ª de la «Recoleta»; 30ª de la «Purísima».
En lo que respecta a los límites de la Subdelegación 27ª de «Huechuraba», se señala:
Norte: El portezuelo de San Ignacio, siguiendo el cordón de los cerros hasta el portezuelo del Salto.
Poniente: Desde el portezuelo de San Ignacio, siguiendo el Camino de Aconcagua, hasta la esquina de La Palma costado oriente.
Oriente: Desde el portezuelo del Salto, siguiendo el cordón de cerros que viene a San Cristóbal, hasta el deslinde sur de la chacra de doña Antonia Silva.
Sur: El deslinde sur de la misma chacra en el cerro San Cristóbal, hasta llegar a la caída de agua del Canal de la Pólvora, siguiendo en línea recta al camino del Huanaco.
El 4 de diciembre de 1873 se dictó un nuevo decreto mediante el cual el Departamento de Santiago fue dividido en 53 subdelegaciones, de las cuales 27 eran urbanas y 26 rurales.
Huechuraba continúa como la Subdelegación Nº 27 y sus límites generales son:
Norte: Desde el Portezuelo de San Ignacio, siguiendo el cordón de cerros hasta el deslinde del Guanaco con Conchalí.
Sur: Calle del Cementerio o de la Unión y calle Carrión.
Oriente:Callejón del cementerio protestante, callejón de las obras que va al Guanaco y deslinde del Guanaco con Conchalí.
Poniente: Camino de Aconcagua, desde el portezuelo de San Ignacio hasta llegar al camino de Huechuraba del Olivo y callejón de las Hornillas, hasta encontrar la calle de Carrión (Distritos de esta subdiviisión en Anexo Nº 5).
El Guanaco era una antigua aldea de unos 400 habitantes y se ubicaba en lo que es hoy la Avenida Principal esquina Juan Muñoz.
Según consta en un Acta de la I. Municipalidad de Conchalí , alcanzó a tener identidad propia durante más de cien años; pero la vorágine poblacional arrasó con él. El Callejón del Guanaco llegaba hasta la puerta principal del fundo del mismo nombre, frente a Av. Gambino. A continuación, hacia el poniente, comenzaba el Pueblo del Guanaco propiamente tal. (PLADE 1988 Pág 13).
De acuerdo a esta descripción podríamos decir que esta aldea se ubicaba entre lo que es hoy Vespucio por el norte, Avenida Principal por el sur; Av. El Guanaco por el oriente y calle Juan Muñoz por el Poniente.
Por aquellos años Conchalí era el Distrito Nº 3 de la Subdelegación Nº 25 El Salto, de propiedad de don José Joaquín Aguirre, en tanto que el Distrito Nº 4 El Salto comprendía el fundo de este nombre, el que pertenecía a la familia Solar.
De esta subdivisión se comprende que en esa época Huechuraba, por su carácter rural, tenía una mayor cantidad de terreno bajo su jurisdicción, que se extendía desde el cordón de cerros de la actual comuna, hasta el cementerio general, inclusive, limitando a oriente y poniente con la actual Avenida El Salto y Fermín Vivaceta, aproximadamente.
Durante la década de 1870, Santiago presenta un acelerado crecimiento, impulsado por el activo Intendente Benjamín Vicuña Mackenna. A mediados de esa década el área norte exhibe una estructuración bastante perfilada destacando sus dos ejes principales La Cañadilla y Recoleta.
El año 1885 tuvo lugar el censo general de la República. Todas las subdelegaciones tuvieron que concurrir con voluntarios para realizar esta labor. El Subdelegado Nathanael Yáñez nombró para esta tarea a los siguientes individuos, todos residentes en los distritos en que desempeñarían su trabajo:
Distrito Nº 1: Eusebio Saldaña, Tomás Saldaña, Evaristo Navarro, Abraham Ovalle y Eusebio 2º Saldaña.
Distrito Nº 2: Joaquín Aranda, Gregorio Puga, Esequiel Núñez, Curcido Bravo y Clemente Fabres.
Distrito Nº 3: Adrián González, Nemorano Icarte, Alejandro Botarro, Juan Campbell, Francisco Jofré y Pedro Pascual Arias.
En el Rol de Contribuyentes de 1902, correspondiente a las propiedades rústicas de la Subdelegación 24, incluidas en la Comuna 6ª Recoleta, que forman parte de la Municipalidad de Santiago, figuran las siguientes:
Fundo Avalúo Propietario
Lo Videla $ 116.750 Jertrudis Cifuentes
Santa Rosa de Huechuraba 146.900 Absalón Cifuentes
San Ignacio 226.000 Rosario Gatica Vda. De Donoso
La Palma 178.910 Perpetua Huidobro V. De P.
Huechuraba 172.000 Adrián Mandiola
Santa Rosa de Huechuraba 190.000 Alejandro Ovalle
Independencia 78.150 Sociedad de Beneficencia
Independencia 191.267 Luis Bezanilla
Huanaco 100.575 Augusto Matte
Palmilla Huch 66.060 Eulojio Solar
El Carmen de Huechuraba 120.000 Abraham Ovalle
Chacra de San Ignacio 120.938 Enrique Sánchez
Santa Margarita 104.160 Victor Salas
Ya en 1900, diversas divisiones administrativas habían dejado a la Subdelegación bajo la dependencia de la Comuna de Recoleta.
En 1903, Santiago tiene apenas 312.000 habitantes, en tanto que la comuna de Recoleta tiene 18.150, divididos en 9.079 en la Subdelegación Recoleta; 4.599 en Huechuraba y 4.472 en la Subdelegación de El Salto. (Agenda Gillet año 1903).
Recién en 1910 algunos servicios básicos comienzan a servir a nuevos clientes por la Cañadilla al norte, ya convertida en Avenida de la Independencia desde el año 1896.
La Telephone Company Limited, extiende sus redes telefónicas llevando este moderno avance tecnológico hasta algunos predios rurales, es así como las siguientes propiedades contaban ya con teléfono: Chacra Lo Aránguiz (Nº 401); chacra San José, de Ramón Ojeda Fontecilla (Nº 081); fundo El Carmen de Huechuraba, de Abraham Ovalle (Nº 749); Chacra Lo Negrete, de Luis Pizarro (Nº 1931); fundo El Salto, de Alberto Riesco (Nº 640); fundo Santa Elena de Huechuraba, de Policarpo Toro (Nº 1089); y Santa Rosa de Huechuraba, de Armando Undurraga (Nº 749).
En esos años comenzaron a surgir en Conchalí los primeros sectores poblados, no como producto de un asentamiento comunal propio sino como una prolongación de Santiago.
La Comuna de Conchalí fue legalmente constituida el 30 de diciembre de 1927, bajo la presidencia del General don Carlos Ibáñez del Campo y en su territorio jurisdiccional quedó comprendida la antigua Subdelegación Huechuraba ( Anexo Nº 6).
Así, la antigua y extensa zona rural ocupada por la Subdelegación Huechuraba, pasaba a integrarse totalmente a Conchalí.
Perdida su categoría, poco a poco Huechuraba fue también perdiendo terreno, hasta quedar aislada desde los Pasos de Huechuraba hacia el norte, donde se ubicaban los fundos El Guanaco, Santa Marta de Huechuraba y Santa Elena de Huechuraba, predios estos dos últimos que fueron el único respaldo del nombre del antiguo cacique que fue señor de estas tierras.
Entre los años 1930 y 1950 se nota en Conchalí un auge de la construcción de viviendas populares, ubicándose de preferencia muy próximas a vías de comunicación importantes, como Avda. Independencia Recoleta y El Salto. Por aquellos años ya comenzaba a destacarse el rol habitacional en el futuro de esta Comuna.
Un gran avance significó la ejecución por parte del Municipio del Plan Regulador Comunal, realizado el año 1952, el que fue aprobado por el Gobierno al año siguiente.
En el año 1960 mediante D.S. Nº 2387 del Ministerio de Obras Públicas, se aprobó el Plan Intercomunal de Santiago, cuya finalidad fue organizar, racionalizar y compatibilizar los distintos usos del suelo en cada una de las comunas. Dicho instrumento asignó a Conchalí un uso de suelo habitacional y un uso mixto (vivienda con industria inofensiva) para un gran porcentaje de la comuna.
A partir del año 1964, se observa un crecimiento habitacional que responde a las políticas
de vivienda, que incentivan la construcción de grandes conjuntos habitacionales de nivel medio, como la Población Juanita Aguirre, La Pincoya, Eneas Gonel, Chacabuco y otras.
De 1974 a 1979, se construyó en los escasos sitios eriazos de la Comuna, quedando su trama urbana densa y pareja, lográndose una ocupación del suelo urbano de casi un 100%, completando su ciclo de crecimiento hasta la barrera vial de la Avda. Américo Vespucio que la separaba del área rural de Conchalí.
En 1979, se produce otro hecho importante para el crecimiento urbano, al publicar el Ministerio de la Vivienda el Decreto Nº 420, que modificó el Plan Intercomunal de Santiago, transformando en el caso de Conchalí, su área rural en una área potencialmente urbanizable, naciendo así el Conjunto Habitacional Los Libertadores y como industria la Cervecera del Pacífico, esta última ya desaparecida y que se ubicaba frente a Vespucio, lindando con el callejón El Guanaco.
Huechuraba se convierte en Comuna
En 1981, se dicta el D.F.L. Nº 1-3260 del 9 de marzo, publicado en el Diario Oficial del 17 del mismo mes, que fijó nuevos límites a Conchalí, anexando parte de Quilicura y formándose tres nuevas comunas: Huechuraba, Recoleta e Independencia.
Este Decreto cobró vigencia legal desde el 01 de enero de 1982, pero de hecho, las nuevas comunas de Recoleta, Independencia y Huechuraba comenzaron a funcionar una vez que lograron tener los respectivos locales para su funcionamiento. Por tanto, Conchalí continuó atendiendo el sector destinado a la Comuna de Huechuraba.
Allá por el año 1982, el sector norte registraba la siguiente población:
Conchalí: 157.188
Recoleta: 162.650
Independencia: 87.355
Huechuraba: 55.859
Así, nuevamente Huechuraba comenzó a tener una verdadera connotación en el plano nacional y lo iniciaba con un índice modesto de población, en que el sector poniente sólo con dos poblaciones y una serie de predios rurales, no aportaba más de unos 2.000 habitantes.
El 1º de enero de 1990, Huechuraba comienza a realizar su labor comunal cuando durante Gobierno de Patricio Aylwin, designa como alcaldesa a Sofía Prats.
Durante las elecciones del año 2000 resultó elegida como Alcaldesa María Plaza, quien a la fecha rige los destinos de la Comuna, luego de haber sido reelecta el año 2004.
En las últimas elecciones para Alcalde y Concejales realizada el 2004, por primera vez se instalaron dos mesas de votación: una para varones y otra para mujeres en la Escuela Eduardo Yáñez Rivera de la Villa los Libertadores, lo que permitió a los habitantes de Huechuraba Poniente contar con su propio lugar de votación, ya que antes el grueso de los electores seguía sufragando en Conchalí, y otras comunas y los menos lo hacían en el sector de La Pincoya.
*Primer Capítulo del libro del mismo nombre escrito en 2006 por Héctor Alarcón Carrasco