Javier es un estudioso de la lengua. No en vano ostenta sendos títulos en Filología Hispánica en la Universidad de Deusto, e Inglesa en la UNED.
Se ha desempeñado como colaborador y crítico literario en publicaciones escritas y de internet de diversos países.
Profundamente enamorado de su tierra, encontró en Temuco una similitud que es dinámica, bullente, energizadora: la lluvia; que cae en efluvios, dislocada, altisonante y que le evoca su heredad lejana de Bilbao.
Docente de la Universidad Santo Tomás en la carrera de Pedagogía en inglés, es además jefe del laboratorio de ese ramo en el Liceo Gabriela Mistral.
De sus publicaciones sólo sabemos que cultiva con mucha maestría el soneto que publica en dípticos y conocemos un libro de poesía llamado “País”, autoedición, sin pie de imprenta ni año de impresión.
De ese libro hemos tomado estos dos poemas:
Llave del Llueve
Hoy llueve aquí la lluvia de otros días.
Hoy llueve aquí Bilbao, siempre presente.
Hoy llueve la verdad delicuescente
Sobre tus asombradas geometrías.
Bilbao es un paraguas. ¡Tus tranvías
Verdes, tu novedad viva en mi frente!
Bilbao, resuenas como el mar. Valiente,
Achubascado, con tus huellas mías.
No dejes nunca de llover. Un trago
Largo, Bilbao, de lluvia, entre la gente,
Me trae la sombra de tus alegrías.
Es mediamuerte sin Bilbao, me apago.
¡Ay, si me despertara de repente
La vieja luna de tus noches frías!
Premonición
Sentí que el viento impulsaba
mi cuerpo como una balsa
Y yo iba andando, cruzando
Los puentes sobre los ríos.
Mañana voy por el río.