Wellington Rojas: Prosas Pretéritas

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POESÍA CHILENA DE LOS ‘80

WELLINGTON ROJAS
WELLINGTON ROJAS

Pareciera ser que la poesía es una gran arca, detenida en el parnaso de las equivocaciones. Desde su entorno Wellington Rojas Valdebenito lucha por impulsar la hélice de los moradores de esta arca, los busca, los define, los ataca con el látigo gentil de la palabra. Su palabra crítica que ha definido a cientos de ellos, siempre con el estandarte de la poesía en ciernes, buscando lo metódico, analizando lo criticable, golpeando el verso con singular sinfonía.

Siempre es bueno mirar hacia atrás, ¿Qué he hecho?,  ¿Cuál ha sido mi huella? Esos son los cánones en que se ubica este libro, en el que el autor recopila cien trabajos literarios, en el que analiza a muchos de los actores de los ’80, de esa y de pasadas épocas, cuyo paso por la literatura marcó huella en su momento.

El siglo XX fue prolífico en poesía, no en vano tuvimos dos premios Nobel. Indudablemente el verbo, diluido en mil presentaciones diferentes produjo muchos cultores, algunos se quedaron en el arca, otros desertaron en el velero de la prisa, pero dejaron su pensamiento en ese engarce de la naturaleza, que llevado a los talleres de una imprenta permitió esa erupción que no hiere, esa erupción que no destroza, esa erupción que es el libro, conductor preferente, que lleva como pasajera la poesía por los más ínclitos parajes.

Algo de eso nos habla Wellington en estas fraternales Prosas Pretéritas, un libro, que si bien define una época de nuestra poesía, no la limita, no la encierra, dejando abierta la puerta para otras opiniones. No obstante esa salvedad, debemos aclarar que acá sólo hubo un hortelano recogiendo los buenos frutos que produjo su huerto.

Entre la prosa y la poesía, hay una delgada línea que el prosista suele atravesar con inusitada frecuencia, en este caso, necesita conocer de los variados sesgos idiomáticos que cada cultor da a su poesía, expresiones que debidamente matizadas son llevadas al papel por el hablante lírico, que es finalmente quien define el resultado de una obra poética.    

Allí es donde Wellington Rojas se entrega al arduo trabajo de acercar al poeta al mundo terrenal, de hacerlo asequible a la voracidad del lector, tan escaso hoy en día, siendo precisamente aquello lo que le ha llevado a compilar este libro con las mejores publicaciones de su prosa, que en su oportunidad fueron conocidas en varios diarios de provincia como Renacer, de Angol; La Prensa, de Curicó; El Heraldo, de Linares; La Tribuna, de Los Ángeles; El Rancagüino, de Rancagua; El Centro, de Talca; El Diario Austral, de Temuco y La Prensa Austral, de Punta Arenas, lo que indudablemente ha dado un mayor valor a su trabajo de crítico literario..        

 Para quienes todavía la lectura es una manera de relacionarse con los medios, resulta evidente que este es un libro que marca espacios, que nos retrotrae a treinta años atrás, que nos recuerda otras publicaciones similares, donde este tipo de escritos van sellando etapas. Wellington mismo se ha empeñado en hacerlo. Allí están su “Antología poética de Angol” (1994), “Moradores de la lluvia” (1995) “Ciudad de los puentes ciudad de las letras” (2015) “El bosque de los vocablos” (2017) y “Por andenes y trenes” (2017). Trabajos de indudable relevancia, meritorios en lo sumo y de consulta obligada para quienes quieran referirse, especialmente a los autores de nuestra Araucanía.

Héctor Alarcón Carrasco

Escritor e investigador. Especialista en Historia Aeronáutica y Ferroviaria. Autor de diversos libros.

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