En Perquenco se lanzó libro “Chile 33. Memorias de un Rescatista”

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Con un aplauso cerrado el público presente en el Centro Cultural de Perquenco, premió la presentación efectuada por Teniente 2º de la Armada Roberto Ríos Seguel, sobre su participación en el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en la mina San José por un derrumbe ocurrido el día jueves 5 de agosto de 2010.

En el acto estuvieron presentes el Alcalde Luis Muñoz Pérez, concejales y el jefe de Cultura Mauricio Sandoval, además de un numeroso público que quería conocer de las experiencias de este joven marino vinculado a este pueblo por lazos familiares de su esposa.

Ríos, en casi dos horas dio a conocer hechos inéditos, en una exposición que contó con unas 200 fotografías en Power Point, en las que destacó el porqué de la presencia de la Armada de Chile en este rescate, la preparación y selección del personal que participó en las faenas finales, cuya espectacularidad acaparó la atención mundial. Además presentó un video en el que lo muestra subiendo en la cápsula Fenix 2, traslado que en la práctica se demoraba alrededor de 15 minutos.

Con palabras sencillas el “rescatista” fue introduciendo a los presentes en el ámbito de lo que fue el preámbulo del rescate, su preparación, la introducción de las sondas, que en un principio permitieron el envío de comida y medicamentos y luego ropas especiales y algunos elementos para verificar el estado de salud de los atribulados mineros, que esperaban con ansias saber de qué forma podrían salir de ese lugar que ya se les hacía eterno.

Durante la entrevista que le realizamos, Ríos recordó que el año 2001 se encontraba en la Escuela Naval efectuando el curso que le permitiría ser Oficial de Mar, cuando recibió un mensaje de texto en el sentido que debía llamar al Comandante de Sanidad Naval Dr. Andrés Llarena Astudillo, quien en esos momentos se encontraba en la Mina San José junto al Grupo de Tarea Naval 33. Ese fue el inicio de la aventura que a los pocos días lo llevaría a integrar la nómina de los rescatistas que bajarían a preparar a los mineros para sacarlos luego a la superficie.

Ríos tenía en esos momentos las especialidades de enfermero de sanidad naval, técnico de apoyo clínico en anestesia, buzo táctico, habiendo servido además en las fuerzas especiales de la Armada, por lo que también lucía la piocha de paracaidista. Una serie de cursos sobre sanidad naval contenidos en su hoja de vida, atestiguaban sus cualidades como enfermero ampliamente capacitado para ejercer en variados procesos vinculados al área de la salud.

“Sentí orgullo, una satisfacción tremenda por haber sido nominado en el equipo de rescate, porque yo no tenía por donde participar, no porque no tuviera los méritos como para ser uno de los elegidos para esa tarea, sino porque estaba fuera de los procesos operativos y plenamente dedicado a mis estudios en la Escuela Naval”.

“Bueno, más que nada estaban buscando un enfermero naval que tuviera las competencias necesarias para desempeñarse como rescatista; dentro de algunas de las cualidades que tenían que poseer, estaba el curso de atención prehospitalaria, que son cursos de nivel internacional impartidos únicamente por la Armada acá en Chile y lo otro que fuera de fuerzas especiales, situación que era como la base de la personalidad que se necesitaba”. 

Durante el tiempo que duró la faena de rescate en el interior de la mina, pudo conocer de la personalidad de muchos de los mineros. A pesar de que los había de todas las especialidades mineras, los unía un deseo común: las ansias de vivir que expresaban y las ganas de salir adelante, todo lo cual vieron acentuarse cuando la primera sonda irrumpió sobre el lugar, dándoles mayores esperanzas a sus atribuladas vidas.

Hay que recordar que los mineros fueron ubicados el 22 de agosto y luego se les pudo enviar alimentación mediante los agujeros practicados por las sondas, utilizando para ellos las llamadas “palomas”, tubos en que se les enviaba todo lo necesario para alimentarse y poder subsistir en ese medio hostil de humedad y temperaturas de 35º.

En la oportunidad el teniente Ríos presentó su libro “Chile 33: Memorias de un Rescatista”, en el que narra los acontecimientos vividos durante esta extraordinaria odisea de bajar a 621 metros de profundidad en la cápsula Fénix 2, además de la experiencia única de haber estado con los 33 mineros en el sector de la mina que los cobijó durante 70 días.

El libro de 209 páginas, fue editado por por Ril®editores y en estos momentos está siendo comercializado en venta directa por el autor.

El próximo lanzamiento del libro se hará el 3 de enero en Santiago en el edificio Telefónica.

Héctor Alarcón Carrasco

Escritor e investigador. Especialista en Historia Aeronáutica y Ferroviaria. Autor de diversos libros.

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