Dos libros sobre Patrimonio Santiaguino

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SantiagoCentro un siglo de transformaciones
«Santiago Centro, un siglo de transformaciones»

Durante el pasado fin de semana hemos tenido la grata visita de don Miguel Saavedra Sáenz, un Lautarino radicado hace muchos años en la Capital. Arquitecto titulado en la Universidad de Chile, Director de Obras Municipales de la I. Municipalidad de Santiago, quien tiene un vínculo muy especial con el patrimonio arquitectónico y cultural de nuestro país.

Y precisamente ese ha sido el tema que lo ha acercado a nuestra página, la que sigue (según expresó), desde los blog de nuestros inicios. Su interés por el patrimonio ferroviario es muy especial, ya que reconoce que tanto la arquitectura como el medio de transporte que fue único en su época, deben ser rescatados y preservados de alguna forma, pues ellos dieron prestigio y trascendencia a nuestra Región.

Como he dicho el Sr. Saavedra no es un neófito en esto del patrimonio y prueba de ello son los dos libros que nos ha dejado, de sumo muy interesantes por su contenido y porque en ambos está su visión personal, la misma que le ha llevado a participar en diversos encuentros de arquitectura por el mundo, en representación de nuestro país.

“Santiago Centro, un siglo de transformaciones”

Ese es el título del primer libro que hemos recibido y que gracias al buen equipo que acompañó al autor en su realización, nos transporta a través del siglo XX por la ruta urbanística capitalina, dando una mirada general que muy bien define el profesor y paisajista Miguel Laborde en su trabajo “El palacio y el conventillo”: Un palacio santiaguino cuyos cortinajes dejan entrever una poderosa lámpara de cristal, el sonido de las risas y el tintinear de las copas de champagne… En la penumbra, apenas vestidos y ateridos, miserables los representantes del pueblo de Chile. Y sigue más adelante dando un vistazo a la vida capitalina conformada por masones, católicos, radicales, bomberos y la literatura impulsada por Orrego Luco, Edwards Bello y en algún rincón del viejo “Ateneo”, la figura del poeta angolino Diego Dublé Urrutia (1877-1967).

Destaca más adelante la obra del escritor Benjamín Vicuña Mackenna y sus entonces controvertidos planes por dar a Santiago un aire más moderno, por ponerlo sobre la altura de sus símiles del cono sur de América, cuyos vestigios más considerables de su realización aún se aprecian en el cerro Santa Lucía. Pero este libro no es sólo eso; por sus páginas se pueden apreciar los avances urbanísticos apoyados de excelente cartografía y planos de época, además de fotografías que han dejado plasmado en sus imágenes el paso del tiempo por el centro capitalino, reflejos efusivos de una época que fue.

Uno de los capítulos importantes dice relación con el Registro y análisis del patrimonio urbano, en el que destacan edificios y centros urbanísticos como La Moneda, el Portal Fernández Concha, los Tribunales de Justicia y el Teatro Municipal, entre otros.

 

Arte de Fundición Francesa en Chile
Arte de Fundición Francesa en Chile

«Arte de Fundición Francesa en Chile»

Podríamos decir que éste es un muy buen catálogo de lo que es la representación del arte de la fundición francesa en nuestro país. Así lo expresa Alain Bourdon, Agregado Cultural de la Embajada de Francia, en el Preámbulo de esta obra.

Es que en este trabajo han participado investigadores que han tratado de redescubrir estas obras con el fin de preservarlas y mantenerlas en el tiempo como parte de un patrimonio que tiene vinculaciones con este tipo de arte francés desde mediados del siglo XIX. De acuerdo a este catastro, la mayor parte de las obras están en la capital, pero no deja de ser interesante que en el Parque Isidora Cousiño de Lota, aún se puede apreciar una treintena de ellas, aparte de obras menores como jarrones y pedestales, aunque varias son copias de otras existentes en Francia, se le considera como la colección más importante del país en su tipo.

Finalmente en La Araucanía sólo se sabe de una estatua que estaría en la Plaza de Angol con el nombre de “Almee, bras gauche levé”.

Así como en esta obra se deja entrever que podría haber otras estatuas de hierro fundido dispersas en plazas, parques, haciendas o casas particulares, se publican las imágenes de siete de ellas que perteneciendo al municipio santiaguino, se les ha perdido el rastro. No están en los lugares en que fueron empotradas y tampoco se sabe el destino que pudieron haber tomado; si fueron vendidas, almacenadas en alguna bodega o simplemente desaparecieron corroídas por el óxido.

Dos obras interesantes para nuestra biblioteca y que relacionamos con la reciente publicación del «Atlas del Patrimonio Arquitectónico de Lautaro» , cada uno en su justa medida, pero al fin obras que enriquecen el conocimiento patrimonial de nuestro país.

Héctor Alarcón Carrasco

Escritor e investigador. Especialista en Historia Aeronáutica y Ferroviaria. Autor de diversos libros.

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